Los diez errores en diseño web revisados

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¿Cómo está el diseño web de hoy en relación al famosísimo decálogo de errores que detectara Jakob Nielsen en el ya lejano año 2002?
Jakob Nielsen es uno de los expertos en usabilidad más reconocido de Internet, que publica desde hace más de una década en libros y en su sitio, UseIt.com, interesantes análisis, estudios y experimentos para guiar a los diseñadores web en su difícil tarea. En 2002 publicó un ya clásico artículo sobre los diez errores que suelen cometerse al diseñar páginas web (el original: Top Ten Web-Design Mistakes of 2002). Recientemente volví a cruzarme con dicho artículo y me pregunté si la cosa habrá mejorado en estos años. De modo que… vamos a repasarlo para redescubrir lo que no se estaba haciendo bien hace casi diez años, y compararlo con la realidad de hoy en día.

1. No poner precios en las tiendas o páginas de venta, promoción o comercio electrónico

En este aspecto las cosas han mejorado bastante y las tiendas en línea han aprendido mucho. Los precios son parte primordial de las web comerciales, en muchas ocasiones por obligación legal, especialmente en sitios como agencias de viaje, donde deben detallar todos los conceptos minuciosamente. Algunos sitios incluso permiten ordenar los resultados de una tabla o búsqueda en función del precio u otras características, con un solo click. Sin embargo, un pecado en el que siguen cayendo muchas tiendas es en no ofrecer una «página de producto» individual con una URL corta, fácil de copiar, pegar y reenviar a otras personas.

2. Utilizar buscadores poco flexibles o inflexibles del todo

Esta parece seguir siendo la maldición de la web. Los «buscadores internos» siguen siendo pobres e incompletos, imprecisos y poco flexibles. A veces se diría que los propietarios del sitio ni siquiera hacen pruebas buscando sus propios contenidos para ver cómo funciona la cosa. Y muchos son tan lentos como inútiles. Este problema afecta especialmente a periódicos y tiendas en línea que almacenan vastos contenidos. Una posible solución en este mundo dominado por Google es utilizar Google Site Search para buscar al estilo Google —con sus algoritmos y opciones de búsqueda— dentro del contenido de un sitio propio. El único problema es garantizar la «frescura» de los resultados, pero en este aspecto Google ha mejorado mucho y responde ya casi en «tiempo real».

3. El «scroll» o desplazamiento horizontal de la página

Por suerte este tipo de diseños se ha abandonado excepto para cuestiones puramente experimentales o artísticas. Con monitores más grandes y de más resolución, casi cualquier diseño web encaja «sin scroll horizontal» en las ventanas actuales, pero tanto diseñadores como usuarios prefieren la versión vertical.

4. Tipografías de tamaño fijo

Con técnicas de diseño cada vez más flexibles y con la llegada de navegadores alternativos, como Firefox y Chrome, los diseñadores web comprendieron que los textos de la página web debían ser flexibles. Para todo lo demás, atajos de teclado como «Aumentar fuente» o «Disminuir fuente» permiten «arreglar» cualquier página rápidamente.

5. Texto a chorro

Los diseños actuales permiten más opciones, pero muchos usuarios inexpertos siguen escribiendo párrafos demasiado largos, ignoran las listas de boliches o las listas numeradas y siguen creando contenidos difíciles de leer.

6. Utilizar JavaScript en los enlaces

Esta técnica se ve cada vez menos, probablemente porque existen otras alternativas (especialmente CSS y HTML avanzados) para crear efectos visuales y porque las técnicas SEO (optimización para buscadores) recomiendan evitarlos, para ponerle las cosas fáciles a Google a la hora de leer un sitio. Con la llegada de las «pestañas» a los navegadores, la gente también ha aprendido que si quiere abrir un enlace en una ventana nueva o una pestaña nueva puede hacerlo con un simple clic (Ctrl + clic en el enlace en Windows; Comando + clic en Mac).

7. Documentos de preguntas frecuentes (FAQ) que incluyen más (o menos) de lo que deben contener

Las viejas malas costumbres parece que no se pierden, y los FAQ actuales, cuando los hay, suelen contener las preguntas que los propietarios del sitio quisieran que les hagan, en lugar de las que los usuarios realmente hacen.

8. Pedir la dirección de correo electrónico al usuario sin mostrar la política de confidencialidad

Definitivamente esto terminó: hoy en día y por razones legales es obligatorio, al menos en España, mostrar el texto relativo a la privacidad y protección de datos antes de pedir una dirección de correo o cualquier otro dato personal relevante. Además, también está regulado y no se admite «marcar por defecto» las cajas para dar permiso para usar dichos datos.

9. Direcciones web (URL) mayores de 75 caracteres

La aparentemente arbitraria longitud de 75 caracteres se refiere a que originalmente los correos electrónicos cortaban los párrafos en líneas de 75 a 80 caracteres, más o menos, antes de enviarlos, y si se cortaba una URL luego era todo un lío pegarla de nuevo al completo. Hoy en día da prácticamente igual la longitud de un enlace, pero son preferibles los cortos, por ejemplo para enviarlos a un dispositivo móvil. Sin embargo, con esta solución llegó una peste peor: los acortadores de direcciones como TinyURL, Bit.ly y similares. Lo que antes era un interminable chorro de números y signos raros ahora son brevísimas URL con un código corto de letras y números. El problema: la estructura de enlaces del sitio queda ligeramente dañada, y tal vez esos servicios acortadores no vivan para siempre, «rompiendo» el sitio. Tal es la situación que incluso han surgido iniciativas como 301works.org para intentar paliar mayores problemas en el futuro.

10. Colocar enlaces a direcciones de email en lugares inesperados

El correo basura acabó con este problema: ahora prácticamente nadie se arriesga a mostrar una dirección de correo en una página web, ya sea visible u oculta, pues fácilmente será capturada por los spammers. En vez de eso se suele recurrir a formularios.

 FERNANDHO SILVA