FUENTE: METRO 95.1
Acá les dejamos la columna de Estanislao Bachrach sobre creatividad. Les aconsejamos seriamente tomarse cinco minutos y leerla. No van a perder tiempo, y seguramente saquen algo de gran ayuda en limpio.
A ver, déjenme ayudarlos con el tema de la creatividad…
Por un lado recuerden que la primera condición para la creatividad es creer en ella y que la creatividad es una función natural de la mente, como la respiración y la digestión son funciones naturales del cerebro.
Muchas veces durante la semana somos creativos y nos olvidamos, y a veces ni siquiera nos damos cuenta. Por eso les sugerí la LIBRETITA. Esa libreta es el lugar donde ustedes pueden ir anotando sin tapujos ni censuras todo lo que se les vaya ocurriendo en la ducha, la cama, el asado, el colectivo, la cena con amigos, etc. Lo pueden hacer sobre ideas que van apareciendo en su cabeza (que vienen de sus historias y experiencias acumuladas en sus cajones cerebrales durante TODA su vida, ¿se acuerdan?), o sobre algún tema particular que los esté torturando o que quieran resolver de una manera “diferente”, inusual, creativa.
Este método lo utilizan muchas organizaciones para mejorar sus servicios o productos, es decir, para innovar y crecer, condición fundamental para sobrevivir en el mundo de los negocios HOY. Recuerden que no hace falta ser el nuevo creador de Google o Microsoft, lo importante es que les sirva a ustedes. La teoría (probada con experimentos) detrás de esto es que al no pensar conscientemente en lo que nos pasa o queremos resolver, nuestro cerebro inconsciente sigue trabajando y tirándonos nuevas ideas al consciente todo el tiempo y en los momentos más inesperados… por eso lo de anotar para que no se nos escapen esas nuevas ideas. Luego de un tiempo, cuando ustedes realmente quieran, vuelven a leer esas ideas anotadas y muchas veces divergentes (con poco sentido aparente y sin claridad de ser realizables), y dejan que su cabecita asocie lo que está escrito con el problema real.
Por ejemplo, si mi problema / cambio / mejora / es “Quiero trabajar dos días por semana desde casa y no me animo a decirle a mi jefe”… y un día en la libretita anoté… “A veces quiero matar a mi jefe”, como obviamente no es recomendable hacerlo (¡por favor no lo hagan!) mi cabecita puede asociar…
– Tengo que matar mi miedo a encarar a mi jefe.
– Tengo que eliminar ciertos clientes de mi portfolio y pasárselos a la gente más joven para que se hagan cargo de ellos y así yo poder trabajar menos (aprender a delegar).
– Tengo que YO calmar las ansiedades de mi jefe para que confíe más en mí y luego de eso me deje trabajar desde mi casa.
– Tengo que decirle a mi jefe que a veces sería conveniente que trabaje de mi casa, con un argumento convincente… etc.
¿Se ve la asociación?
Y luego les puede pasar que de esas ideas más realizables aparecen otras nuevas asociaciones… Las escriben todas y pueden después discutirlas con algún amigo, colega, pareja, familiar, etc. Es muy bueno encontrarse con una especie de coach personal a quien podemos confiarnos y que estamos seguros que nos va a decir lo que piensa y no lo que queremos escuchar.
Entonces, la LIBRETITA sirve para cualquier momento, y es para capturar, captar, retener las ideas que se nos ocurren 24 horas por día, 7 días a la semana.
Corolario:
Concentrarse y enfocarse en el problema, la mayoría de las veces hace más estrecho nuestro pensamiento, nos limita a lo «ya testeado» cerrando así el acceso al vasto territorio de imágenes y experiencias en nuestro inconsciente.
Recordar que lo que queremos evitar es lo ya establecido, ya testeado o conocido.
El tema MONASTERIO:
Aquí se trata de que nuestras mejores ideas llegan muchas veces de imágenes visuales. Entonces buscar nuestro monasterio (espacio físico o lugar dentro de nuestra imaginación, o combinar las dos cosas) es genial para lograr el estado más cercano a lo que llamamos mente en blanco o beginner’s mind (en inglés).
Por ejemplo, Einstein imaginaba cabalgar sobre un haz de luz mirando hacia atrás un reloj… O se imaginaba tirando una moneda mientras se desplomaba en un ascensor. Y así escribió la teoría de la relatividad…
El monasterio sirve, para algunos, para encontrar lo que definimos como claridad mental, ese estado de relajación/despierto (relaxed awareness). Recuerden que la claridad mental es una precondición (no obligatoria ni necesaria pero ayuda) para motivar a nuestro inconsciente a que combine experiencias e historias de nuestros cajones haciéndolas ideas nuevas para nosotros y creativas, y llevándolas a nuestro consciente (la entendemos, la “vemos”, la pensamos). Esto es el momento de inspiración o flash.
Por ejemplo, los guerreros samurai se Japón miraban un crisantemo (monasterio) antes de enfrentarse a un duelo de muerte… o en qué monasterio estarán los tenista que rotan sus raquetas mirándolas fijo en las sillas de descanso entre los games, como buscando un punto de neutralidad que los refresque de la tensión que se les viene por delante.
Ejercicios para ideas divergentes:
Finalmente, los dos ejercicios que conté el 5 de agosto… el de cerrar los ojos e imaginarse en 5 años y el de pensar en la escena de vuestra peli favorita son ejercicios para llevarlos a un estado de claridad mental que ayude con la aparición de los momentos de inspiración. Es decir, es una alternativa a vuestro “viaje” al monasterio. Es decir, pueden o ir a al monasterio, si lo encuentran, o pueden hacer otros ejercicios mentales (como los que conté y seguiré contando) o pueden combinar ambas cosas (ejercicio + monasterio, ir al monasterio y allí pensar en la peli favorita o imaginarse en el futuro) o pueden no hacer nada de esto pero estar atentos a cuando los flashes que aparecen solos durante la semana (la famosa libretita).
Durante estos ejercicios (que duran entre 5 y 7 minutos) lo importante y fundamental es sentir los olores, la temperatura, mirar los colores, las sensaciones… hacer realmente un viaje imaginario de sensaciones y emociones y quedarse allí un rato. Esto va a vaciar nuestra mente de preconceptos, de lo ya conocido, de lo ya establecido, del status quo. Va a destrabar el cerebro y dar lugar a ideas más creativas o novedosas. Un cerebro lleno de preconceptos tiene menos lugar para la creatividad.
Entonces, luego de estos ejercicios, alternativos o complementarios al monasterio, uno puede “jugar” a resolver su problema / solución / mejora de una manera más lúdica (pensamiento divergente). Y aquí es donde entran los ejercicios de crear tabúes o imaginarse con ese problema en una época y tierra extraña: escribir sin tapujos ni censuras (al igual que con la libretita) para luego asociar libremente con la realidad.
Por ejemplo, si volvemos a nuestro problema / cambio / mejora/ es “Quiero trabajar dos días por semana desde casa y no me animo a decirle a mi jefe”… y, como decía Andy, ustedes escriben que están en Buenos Aires en 1810 y anotan… “le quiero dar a Remedios de Escalada”, luego pueden asociar:
– Quizás necesito tomar alguna medicina (Remedios) para estar más tranquilo en el trabajo.
– Tengo que darle a mi jefe más confianza.
– Puedo organizar un outdoor con los empleados y hacer escalada en pared para que el grupo se lleve mejor y trabajar el tema de los riesgos y la confianza… etc. y como en el caso de la libretita, estas asociaciones pueden derivar en otras ideas…
RESUMIENDO:
1) Con nuestras historias y experiencias guardadas en la memoria (los cajones) tenemos un montón de material para ser creativos (cuanto más ponemos en cajones más material tenemos… estudiando, leyendo, escuchando, viajando, etc.).
2) Esas historias y experiencias se combinan en ideas nuevas en nuestro inconsciente y llegan a nuestro consciente de forma sorpresiva y en cualquier momento (el flash). Por eso es bueno la libretita para que no se nos escapen esas ideas.
3) Podemos ayudar a nuestro inconsciente a que nos pase esas ideas nuevas a nuestro consciente utilizando el monasterio o los ejercicios de claridad mental (la meditación también es muy buena para esto) que motivan los momentos de inspiración o flashes.
4) Una forma complementaria de tener ideas buenas y creativas es permitirse escribir ideas divergentes, que no tengan sentido aparente, pero que luego asociándolas libremente se pueden convertir en muchísimas nuevas ideas realizables (ejercicios de tabúes y escena de la película).
5) En 3) y 4), siempre llenarse de imágenes visuales, de sensaciones, de olores, colores, texturas… ese es el lenguaje que mejor entiende el cerebro creativo. Sin censuras.
Tenemos que rediseñar nuestros ambientes, sistemas y culturas para maximizar las oportunidades y momentos para la creatividad.
La imaginación y la mente son como un músculo, se fortalece a medida que lo vas usando. Fuerza tu pensamiento a lo desconocido para que dispare flashes y libere las ideas.
Focalizar la atención en los valores, deseos, expectativas de lo que es posible, no de lo que es necesariamente factible o práctico, activa posibilidades que a su vez movilizan la pasión.