La tiranía de lo cool está en decadencia.
Y sí, son tiempos de incertidumbres para los árbitros profesionales del «buen gusto» aprobado oficialmente. Es que lo naff (lo que no es hip en el slang británico), lo naco (productos de mala hechura, según dicen los mexicanos) y lo uncool están más IN que nunca. Porque como define Justin Hawkins, el ex cantante The Darkness, «ser uncool es el nuevo cool». Porque es hora de tirar la chancleta de una vez, y que todos nuestros placeres culposos salgan del closet. Cuestión de alta postura: en México, la marca de ropa más fresa (cheta) del momento se llama, sí: «Naco».
¿Llegó la era de la austeridad, el relax y la autenticidad? Estés más relajado o no, el «nuevo manual cool» indica que ahora vale que revalorices algo que repudiabas y que el temita Azul de Christian Castro te parezca una perla no reconocida por la crítica. El antropólogo inglés Ted Polhemus mete el dedo en la llaga y decreta: «El primer problema es que la palabra cool’ ya no es cool'». Lo que hace años era consumido por las masas, ahora es el cetro que alza el grupo de los selectos, ansiosos por ser auténticos paladines del no-marketing.
Pero, ¿ahora se desafían las tendencias globales sólo por diversión o ejercicio camp? Nicolás Cors (27), el metalúrgico creador de las Bizarren Musik Partis dice que lo importante es dejar los prejuicios. Por eso, hace bailar en centros culturales a miles de teens con el antes impresentable Alcides, ofrece un catering compuesto por bondiola, y le adjudica al renacido Nave Jungla «alto nivel de bizarrez». «Ser cool murió con las crisis terminales de los 90, ahora estamos todos devaluados. Nos resignamos a crecer, entonces Xuxa es el ancla con la infancia. ¿Querés la verdad? Prefiero a Xuxa que a Marx», arenga el dramaturgo Juan Crespo (28) que va a las fiestas Plop!, revaloriza el término «chapar» y dice que «gracias a Dios, está out Via Vai».
El mundo de los onehitwonders (que tan bien se apropió el canal VH1 con su programación revivalista, no apta para los cultores del Bossa n’ Stones y los dry martinis) es la gran fuente de inspiración para las marcas. Así como Teto Medina se convirtió en gran celebrity trash (cara de La Ruta de la Suerte y figurón de Cantando por un sueño: uncool en horario central), y se revalorizaron las versiones en castellano de hitazos globales, ya nadie parece estar atrás de la novedad. Y si no, que lo diga el creativo publicitario Javier Lourenco, también conocido como VJ Bizarreta, que fundó la disciplina uncoolhunter (la celebración de lo barato venido a menos) gracias a la frase del fotógrafo top David LaChapelle: «El buen gusto es la muerte del arte». En un mismo set mezcla Johnny Tolengo («qué alegría, qué alegría…») con la Electric Light Orchestra cantando cumbia, y lanza «lo mío no es una rebelión contra lo cool».
«Ahora me di cuenta de que no soy el único loquito que escucha a Menudo y hace aeróbicos con un beta usado de Cindy Crawford», reflexiona el talento gráfico Jogu, fanático de la lucha libre. Mientras tanto, Jerónimo Oriana, VJ de MTV, sostiene que, como hijo de la tevé por cable, se inclina por lo uncool «porque es el único lugar adonde recurrir cuando lo actual no satisface». Para Bizarreta, «queremos sacarnos la careta con las cosas que antes nos habría dado vergüenza asumir que consumíamos, rompimos la regla que nunca debíamos romper: mostrar la fealdad en todo el sentido».
«El problema es que el uncoolhunterismo es, en sí, una forma de que alguien te mastique la comida por vos», divide las aguas el ex VJ Berta Muñiz, que reconoce que le encanta la abeja Maya «en pos de una actitud menos careta y por un futuro mejor». Federico Hilbuj, diseñador de remeras, afirma: «Creo que la tendencia pone al descubierto la falta de originalidad y la decadencia creativa, porque ya no quedan cosas pasadas de moda sin explotar».
Digamos la verdad: hoy, la mayoría se fascina por los elementos del white trash porque también obedece al mandato de la moda. Basta ver fenómenos publicitarios como Gerardo, el chico que habla como un pato (obvio replicante del noble Napoleón Dynamite) y el ex charterísimo Me das cada día más que agota chocolates en los kioscos y repuso a Valeria Lynch en el horario central de la tele.
¿El ex grasa te anima la fiestita? Quien se reinventó y volvió al vértigo del show en vivo, y a quien los adolescentes actuales lo consumen «por culto al bizarro», es Vilma Palma. «No sé si es por la moda del revival o porque la gente se asume más o qué, pero tenemos un público más ecléctico, de todas las edades. De hecho, no paramos de tocar en fiestas privadas para gente de alto poder adquisitivo y todos cantan y bailan por igual», contesta El Pájaro cuando el Sí! le pregunta por qué la gente ahora asume sin culpas que le divierte La Pachanga.
Mientras en Buenos Aires una nueva hora comienza, en algún bar hip de Nueva York, Gordon Raphael, el descubridor de los Strokes, cavila sobre algo que nos contesta por mail: «No saber nada sobre la tendencia de consumir productos uncool te muestra directamente lo uncool que soy».