por Maxi Urrutia
Creative Team Leader NSB
El valor de una marca depende de quien lo mire
Miremos un segundo nuestros pies y veamos qué zapatillas llevamos puestas. Miremos nuestro pantalón y veamos de qué marca es. Hagamos lo mismo con nuestro reloj, con nuestra remera o camisa, miremos el auto que hay en nuestro garage, y observemos por la ventana el barrio en el que vivimos. Cuántas marcas diferentes ¿no?. Si pudieramos elegir sólo una marca para nuestra vida, seguramente sería alguna que ya poseemos, porque nosotros poseemos a las marcas a diferencia de ellas a nosotros. Ellas sólo hacen lo que les pedimos. Alimentan nuestro ego, nos hacen sentir bien, nos condicionan en nuestras decisiones, nos juzgan, cambian nuestra manera de actual, en fin, están a nuestra disposición pero manejan nuestra vida, a pesar de que digamos que no. Todos sabemos que es mejor un iPhone que el LG que tenemos hace 3 años. Por eso, lo cambiamos o no, según nuestra necesidad. ¿Cómo es esto? Muy simple.
Está en lo que toma diversa gente en referencia a un elemento de valor. Es decir, esa referencia está directamente relacionada a su estándar de vida. Digamos, si alguien gana $1000 por mes, un teléfono celular de $500 va a ser un objeto de valor, y uno de $1500 ni hablar. Por eso, es más probable que esa persona, compre ese teléfono en cuotas (aumentando así su sensación de artículo de lujo) y su mente pueda decir “yo tengo este artículo de lujo porque me puedo dar este lujo”… lo mismo sucede con otras personas con otros estándares de vida en la que ese artículo de lujo probablemente sea un Audi S8, o un Bravia de 42”, unas zapatillas Nike, o un departamento en LeParc. Las marcas son sinónimos de cosas que sentimos, nosotros le damos el valor que sentimos que cada marca se merece. Un buen vino no significa lo mismo para mi que para mi cadete. Las marcas nos guían, y muchas veces quienes trabajamos con ellas nos dejamos llevar.
La mejor manera de llegar a los demás es convertirse en marca, cómo los Rolling Stones!
Cada marca tiene su consumidor. Por eso, muchas veces para llegarle a la gente es necesario que nosotros, como comunicadores pensemos que somos esa marca. Porque una marca puede ser muchas cosas, puede ser una persona, un discurso, una idea, un grupo de gente, y hasta un animal. Un ejemplo muy gráfico son los Rolling Stones, la mítica banda que se formó a principios de los años sesenta, y hasta hoy día su “marca” es sinónimo de calidad, trayectoria y fidelidad.
Los Rolling Stones son el mejor ejemplo de varias personas convertidas en una sola marca.Y para profundizar en el tema, son una marca que cumple con las leyes más efectivas del márketing y la fidelización de consumidores. Veamos algunos ejemplos de cómo los Rolling Stones generan en sus “consumidores” lo que muchísimas marcas soñarían.
Aquí dejo algunos ejemplos a los cuales llegué a través de diferentes páginas en la web.
Generan Valor: Vas a pagar un montón de dinero para ver a los Rolling Stones y ellos lo saben, por eso van a ponerlo todo para brindarte un excelente show. Fuegos artificiales, un escenario con un complejo y elaborado diseño, un Mick Jagger que no va a parar de moverse, y un desfile de instrumentos musicales, algunos de época y otros no tanto, que te van a deslumbrar. Los Rolling Stones trabajan duro para que sientas y estés convencido que tu dinero fue bien gastado.
Trascienden Generaciones: Vas a encontrar gente de 60 años batiendo sus remeras junto a chicos de dieciseis. La música de los Rolling Stones une generaciones. La edad se convierte en algo irrelevante. Su “marca” es para todos. No segmenta, no discrimina, hay talle y color para todos los gustos. Desde los que vivieron su juventud en los sesentas, hasta los que hoy están conociendo la historia de estos gigantes.
Abrazan a su público: Una de las partes más interesantes de un show de los Rolling Stones es el pequeño escenario que llega al medio del estadio. Se mueve al corazón de la audiencia. Los que tienen los peores asientos ahora tienen los mejores, los que estaban más lejos ahora los tienen al lado, y lo mejor es que tocan muchísimas canciones en este pequeño escenario. Porque la marca “Rolling Stones” de puede consumir de diferentes maneras, y todas son agradables.
Dejan una experiencia memorable: Mick cambia su vestuario casi tema por tema, como Ron y Keith sus guitarras, la iluminación es diferente en cada canción, esto hace que por ejemplo “Sympathy for the Devil” se muestre como una propia y única marca, con su estilo. Los Rolling Stones son como Nike, y cada canción es una zapatilla diferente, con su look and feel, su diseño ergonómico o no, su estilo retro/vintage, etc… y un show de ellos es vivir es una experiencia de marca memorable. Sobre todo al final, cuando le agradecen a su público, miles y miles de consumidores que una vez más, terminan confirmando su fidelidad con la marca, su top of mind, y su cultura “Stone”.